Hola, o debería decir Dios los bendiga, sí! Dios bendiga suena mucho mejor como madres podemos utilizar todas la bendiciones posibles que se envían a nuestro camino.
También ha sido más de un mes desde mi último blog, y hoy quiero hablar de algo un poco diferente. Es un poco diferente porque mi enfoque hoy no es en los hijos – nos está en la madre, las mujeres que somos y olvidamos que somos por causa de los hijos. En nuestra vida cotidiana como una madre, una mujer, empleada tendemos a olvidarnos de nosotras y cuando nos olvidamos de nosotras – de quien somos como mujeres, somos lo que todo el mundo que nos rodea quiere. No sé sobre usted, pero cuando no puedo ser quien yo fui creado a ser y funcionar en mi pleno potencial como mujer me siento, cansada, frustrada e incluso desalentada.
Hoy quiero animarles, quiero que sepa que usted es muy valiosa, eres especial, importante, no se definen por qué títulos tiene, como (madre, esposa, trabajadora o cualquier título que te ha sido puesto) se define por lo que Dios dice acerca de usted y no sé sobre usted, pero cuando Leo cómo Dios me define como una mujer, como su hija, me da paz.
Como las mujeres vamos a través de tantos cambios, muchos desafíos en la vida pero lo peor es sentirse derrotada, cansada y frustrada por todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Ver que has orado, que has trabajado tan duro en casa o en su trabajo y nada parece cambiar. A veces parece como si nadie se preocupara por usted o sobre cuánto ha derramado por la familia, el trabajo, la comunidad y sí incluso Ministerio. (No sé sobre usted pero sólo escribiéndolo me cansa, frustrada y seamos honestas hasta enojada!).
Es agotador.
Sólo dejando un poco de vapor salir por mí y por ti!!!
Pero déjenme decirles lo que he aprendido con los años, esto ocurre más a menudo cuando tomo mis ojos fuera del premio y sólo miro la carrera que está delante de mí. Cuando empiezo a buscar al hombre en lugar de mirar a Dios, cada vez que tomo mis ojos fuera de Jesús empiezo a sentir el peso de todo, el peso de la jornada, el peso de la familia, el hogar, el trabajo, las tareas, el Ministerio y aún las cosas que me gusta hacer. Así que tengo que recordar a mí misma, lo que la escritura dice en Colosenses 3: 23 lo que sea, trabaja con todo su corazón, como para el Señor, no para hombres, dado que usted sabe que va a recibir una herencia del Señor como recompensa. Es a Jesucristo que estás sirviendo. Siempre recuerdo este verso cuando me siento no apreciada por los que sirvo, cuando me canso de servir, cuando frustra y se siente derrotado empiezo a recordar que Dios está mirando hacia abajo en mí y ve lo que estoy pasando y lo que siento por lo que me está pasando, y comienza a cambiar mi enfoque de lo que está sucediendo en este momento lo que me espera al final del día (mi herencia).
No sé sobre usted, pero he visto películas donde alguien recibió una herencia, pero no pudo obtener hasta que hicieran algunas cosas que se espera de ellos, cosas que no quieren hacer y para colmo, no podía decir a nadie sobre ella y nadie entiende por qué hicieron lo que hicieron. Es así como lo veo tenemos prometida una herencia, pero con ella viene algunas condiciones y tenemos que hacerlas incluso cuando no nos gusta, pero recuerde que hay un premio al final de este viaje, así que manténgase fuerte a lo que está por delante.
Si estás cansado, pídale a Dios descanso
Si estás frustrado, pídale a Dios paz
Si estás enfadado, pídale a Dios alegría
Si se siente derrotado pídale a Dios que le muestre su victoria
Si no sabes qué, sólo párate y espera en el Señor porque que El ve todo lo que la vida arroja a usted, porque dijo nunca te dejare ni abandonare, voy a estar con usted siempre hasta el final del día.
No sé sobre usted pero esto me da fuerza para seguir en un día más, y eso es todo que tenemos que vivir un día a la vez.
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